Wednesday, July 14, 2010


La huelga y los Macheteros

Por Dr. Michael González-Cruz

“En una colonia, la huelga se convierte en el vínculo dinámico
entre el movimiento independentista y el movimiento obrero.”
Juan Antonio Corretjer (1969).

El compañero Ricardo Santos señaló recientemente que: “Tenemos que preparar las condiciones para el éxito de la huelga general. No puede ser la huelga general por la huelga general misma. Cada sector tiene algo que aportar.” Es evidente que las condiciones objetivas para la huelga están presentes en esta crisis económica y colonial, pero como plantea el líder obrero, aún falta asegurar las condiciones subjetivas para triunfar con el apoyo del pueblo. En este contexto particular nos llega la entrevista realizada por Claridad al liderato clandestino del Ejército Popular Boricua Macheteros (EPB-M).

A cuatro años del asesinato del militante clandestino Filiberto Ojeda Ríos, los Macheteros continúan clamando por la unidad de esfuerzos de las organizaciones independentistas y de izquierda, con el fin de fortalecer el movimiento de liberación nacional puertorriqueño de cara a una crisis económica y política en la relación colonial con los EEEUU. Crisis que Filiberto Ojeda Ríos denunciara un mes antes de ser asesinado por el FBI el 23 de septiembre de 2005.

Observamos una crisis donde se transforman las agrupaciones, los partidos, las clases sociales y las relaciones internacionales, en un momento histórico donde es posible encausar cambios para construir una sociedad libre y democrática. En estas circunstancias los Macheteros reiteran su llamado a la unidad en la acción, al diálogo respetuoso y dinámico donde el movimiento independentista debe marchar junto a la clase obrera para defender sus derechos adquiridos y salvar el patrimonio nacional. Patrimonio que pertenece a todas las fuerzas productivas y contribuyentes de la nación.

De acuerdo Juan Antonio Corretjer, en “la colonia, la huelga se convierte en el vínculo dinámico entre el movimiento independentista y el movimiento obrero”, porque observó una correlación de fuerzas positivas entre el nacionalismo organizado y la clase trabajadora en la década de la Gran Depresión. Cuando el autor se refirió a la clase trabajadora consideró a los obreros afiliados a sindicatos, a los no afiliados, desempleados e incluso en aquel momento, campesinos. La huelga en la caña se extendió a los muelles, el transporte y la distribución de los alimentos debido al alto costo de vida y gran desempleo generado por la economía monopolista de plantación-colonial. En Puerto Rico tenemos que ampliar el concepto de clase trabajadora para que sea inclusivo y corresponda a nuestra realidad material. El momento de comprender que si usted trabaja a cambio de un salario, sea mínimo, por encima de la media o alto usted, es un trabajador.

Como otros intelectuales, Corretjer entendía que la clase trabajadora abarca a todos aquellos que venden su fuerza de trabajo y carecen de un capital. Por eso los trabajadores son la clase más fuerte porque es la que produce y la que consume en masa. En esta crisis actual toda la clase trabajadora se ha visto afectada, desde el obrero de cuello azul, hasta los profesionales de cuello blanco. Esta depresión económica también ha perjudicado a los pequeños empresarios que se adjudican un salario por su trabajo o que venden sus servicios como contratistas. De forma similar el campesino y el pequeño comerciante en la década del 30 sufrieron la Gran Depresión y se unieron a los trabajadores en la huelga de la caña.

Corretjer planteaba que, “La huelga es un hecho cultural. No se da antes que el capitalismo industrial produzca por contradictoria necesidad el elemento mismo que habrá de ponerlo en la tumba: El proletariado. Es, por lo tanto, la huelga, fenómeno cultural, particular y profundo de la cultura de nuestro tiempo.” La crisis no discrimina entre cuellos azules o blancos, asalariados o contratistas; a unos los deja sin empleo, a otros sin negocios. Todos al filo de la quiebra personal, porque no tienen capital, por eso venden su fuerza de trabajo a sus patronos, clientes, pacientes o contratistas.

¿Pero qué es una huelga general? Es un hecho cultural, político y económico donde se desarrollan actividades para frenar la producción y el consumo en masa. Se trata de retar la cultura del consumo en masa para reducir prolongadamente las actividades económicas a lo justo y necesario con el fin de presionar a los grandes intereses reduciendo sus ganancias. La huelga general no es solo un paro de labores indefinido en un taller, es un estado de resistencia a la cultura de la elite. De hecho, podemos afirmar que ese estado de resistencia ya comenzó con los protestas regionales, como en el Centro Gubernamental de Ponce, las manifestaciones repudiando al gobernador colonial, los actos de desobediencia civil en las alcaldías y agencias de gobierno estatales, la marcha nacional del 15 de octubre convocada por Frente Amplio de Solidaridad y Lucha (FASYL) y la Coalición de Todo Puerto Rico por Puerto Rico.

Pero ese estado de huelga no se ha generalizado por dos importantes variables. Primero, porque no se han concretado los 22,000 despidos de los trabajadores amenazados por la agenda de privatización del régimen colonial y segundo, porque como señala el compañero Ricardo Santos, no tenemos listas las condiciones para la huelga general.

Dicen los Macheteros: “Se está hablando de una huelga general y nos preguntamos si al día de hoy se ha elaborado un plan táctico estratégico conducente a delinear todo lo que se tiene que tener resuelto antes de llamar a una huelga general…”. Para el Ejército Popular Boricua Macheteros (EPB-M), es necesario cumplir con unas medidas tácticas, por ejemplo: Que las organizaciones obreras establezcan un comando de coordinación donde participen todas las organizaciones obreras y progresistas; que se establezcan medidas de seguridad para salvaguardar al liderato nacional regional y local; utilizar una red de comunicaciones fiable y; la creación de grupos especiales de apoyo para la asistencia legal o médica de los militantes en resistencia.

Para los Macheteros es importante que la resistencia popular tenga claro qué demandas estratégicas tiene el pueblo trabajador y sugieren: La no privatización de los servicios públicos; el regreso a sus trabajos de los empleados públicos cesanteados y; la destitución del actual Superintendente de la Policía. La posición y propuesta de los Macheteros confirma que: “En una colonia, la huelga se convierte en el vínculo dinámico entre el movimiento independentista y el movimiento obrero” (Corretjer 1969). Ese vínculo dinámico entre la clase trabajadora y el movimiento de liberación nacional es la clave para la formación de un frente o bloque de resistencia nacional dirigido por los protagonistas de esta lucha, la clase trabajadora.

* El autor es sociólogo.
http://claridadpuertorico.com/content.html?news=DBE11708304856266F261490B41ACA61

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