Tuesday, October 31, 2006


Nación, revolución y gente que subsiste, persiste y resiste Michael González Cruz ofrece en su libro Nacionalismo revolucionariopuertorriqueño: el papel de la lucha armada, los intelectuales yprisioneros políticos y de guerra", una visión documentada delnacionalismo en Puerto Rico, en particular de las organizaciones quehan realizado acciones armadas, tanto en forma abierta comoclandestina. En la vida pública y aun en los libros de historia dePuerto Rico, estos procesos apenas son mencionados y rara vez sonaludidos o comentados, excepto en informes periodísticos apresurados ocomentarios retóricos y superficiales, en particular las accionesarmadas y el trabajo clandestino por la independencia. El libro es unaudaz comienzo; se trata de un ensayo de corte académico, pero sucompromiso salta a la vista del lector en cada página y le da impulsoy ritmo a un recuento impresionante. En un recorrido excitante ysorprendente, se reseñan uno tras otro, hechos, lugares y nombres degente de carne y hueso y de corazón invencible. Presenta por primeravez en forma abarcadora, pero en secuencia ordenada y con fuentes dedistinto tipo, desde periódicos y libros hasta testimonios y textosartísticos, los esfuerzos armados y conspirativos que hanprotagonizado hombres bravos y mujeres indomables para combatir losabusos tanto en Puerto Rico como en la metrópoli, en protesta airadacontra la supresión y marginación de quienes se niegan a permitir quenos borren de la historia. Este libro de Michael González Cruz es, en primer término, unpanorama político y militar de Puerto Rico a lo largo de cincuentaaños; la segunda mitad del siglo XX se observa desde elindependentismo, enfocando desde un ángulo diferente en esos años deexpansión del colonialismo y de sus mutaciones hacia el controleconómico y mental de la persona. En el segundo capítulo aparecen, con
información histórica en torno a la trayectoria de los llamados "docediscípulos liberados", más los testimonios de algunos/as que aúnesperan que la acción de su pueblo consiga que regresen a casa. Enesta sección surge el rostro individual de la lucha que nunca sedetiene, esa lucha que estos compañeros y compañeras emprendieron díaa día, elaborando vidas de incontables actos solidarios que cambiaronel rumbo de muchos jóvenes en alguna comunidad de Chicago, Connecticuto Manhattan, de Naguabo, Ponce o Santurce. El segundo capítulo recogeuna colección de conmovedoras crónicas, en las que toman la palabraalgunas mujeres y algunos hombres que llegaron a ser prisioneros deguerra o prisioneros políticos en defensa de la puertorriqueñidad. Enel tercer capítulo, el ensayo explora el papel de la intelectualidad ydel sector artístico en la representación del nacionalismorevolucionario, mediante el comentario de algunas narraciones de PedroJuan Soto y de Magali García Ramis, de un libro basado en eltestimonio de Filiberto Ojeda Ríos a Luis Nieves Falcón y de unacanción de Mikie Rivera. Todo lo anterior se sustenta en una síntesisteórica y analítica del fenómeno multiforme llamado nacionalismo,exaltado y vituperado hasta el exceso durante varios siglos yapasionadamente experimentado por diversos sectores de la sociedadpuertorriqueña: de todo eso trata este libro. Los mencionados camposde referencia, cruciales en nuestra historia, figuran aquí en apretadasíntesis que sin duda provocará estudios posteriores, dada su riquezade información y de ideas que se alejan de lo común. Este estudio se hizo para abrir puertas, para romper el silencio y ladistorsión de la lucha armada clandestina en Puerto Rico. "En silencioha tenido que ser...", dijo Martí .
Alberto L. MárquezMaría Solá

Monday, September 18, 2006


NACIONALISMO REVOLUCIONARIO
PUERTORRIQUENO (1956-2005):
La lucha armada, los intelectuales y nuestros prisioneros politicos y de guerra

Editorial Isla Negra, San Juan,PR

Introduccion

La campaña por la libertad de los prisioneros políticos y de guerra, la defensa del Valle de Lajas, las protestas contra la privatización de la Telefónica de Puerto Rico y el movimiento para sacar la Marina de Guerra de Vieques en la década del noventa tuvieron como hilo conductor un discurso y una práctica nacionalista revolucionaria. En el testimonio que Juan Mari Brás ofrece al profesor Daniel Nina en 1998, el líder independentista establece que el nacionalismo revolucionario puertorriqueño se forja en la nueva lucha, vinculado a las corrientes anticoloniales, internacionalistas y latinoamericanistas de mediados del siglo XX. Es en este contexto que los nuevos movimientos sociales, tales como la Federación Universitaria Pro Independencia (FUPI) en 1956, el Movimiento Pro Independencia (MPI) en 1959 entre otras organizaciones, rearman el movimiento de liberación nacional dotándolo de una interpretación materialista de la historia, incorporando la lucha de clases y el derecho irrenunciable a la autodeterminación.
El nacionalismo revolucionario puertorriqueño tiene sus orígenes en la Revolución de 1868. Se radicalizará en la gesta por la descolonización del Partido Nacionalista (1933-1954) y encontrará su máximo exponente en Filiberto Ojeda Ríos, Responsable General del Ejército Popular Boricua-Macheteros (EPB-M). En su ensayo sobre la lucha armada publicado por el semanario Claridad el líder clandestino sostuvo que los macheteros son nacionalistas revolucionarios, que su lucha está entronizada en el territorio nacional y en la identidad puertorriqueña y su espíritu revolucionario determina que esa lucha sea por la justicia e igualdad social. Este trabajo nos permite examinar en qué contexto se desarrolla el pensamiento político-militar de Filiberto Ojeda Ríos.
El nacionalismo revolucionario se ha manifestado en tres dimensiones del quehacer histórico en Puerto Rico: por medio de la resistencia cultural de la elite intelectual y de las organizaciones populares y a través de la lucha armada. Esta última manifestación no se ha estudiado cabalmente, aunque ciertamente ha sido el eje de debates y controversias ideológicas en la prensa y en la academia. Por eso este trabajo gira en torno a las contribuciones de la lucha armada, de los prisioneros políticos y de los intelectuales al movimiento de liberación nacional puertorriqueño.
Este trabajo sobre el nacionalismo revolucionario puertorriqueño destaca la actuación de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) y el Ejército Popular Boricua Macheteros (EPB-M). Ambas organizaciones emergen dentro del contexto del nacionalismo revolucionario como fuerza política popular, retando los esquemas dogmáticos del socialismo partidista así como los del nacionalismo conservador. Como lo ha propuesto la antropóloga Ana Ramos Zayas, particularmente en el contexto de Chicago, el nacionalismo puertorriqueño no es solamente una ideología o proyecto intelectual sino un medio concreto que sirve para forjar alianzas de clase en múltiples niveles políticos y sociales. De acuerdo con esto, el lector observará cómo la lucha armada puertorriqueña fortaleció los movimientos sociales en la Isla y dentro de la comunidad boricua en los EEUU.
En estos ensayos propongo, luego de manejar diversos acercamientos metodológicos tales como la investigación historiografía, la entrevista y el análisis de contenido, que la lucha armada, los prisioneros políticos y los intelectuales han contribuido a la transformación de nuestra nacionalidad. Gracias a una beca de la Sociedad para el Estudio de los Problemas Sociales (SSSP) pude recopilar y examinar una gama de documentos históricos publicados por las organizaciones nacionalistas revolucionarias entre 1955 y 2005. Esta investigación preliminar armó parte del rompecabezas pero además me provocó a entrevistar a algunos de los militantes de estas organizaciones, en especial a los/as prisioneros políticos y de guerra liberados a partir de 1999. Para completar mi análisis estudié el contenido de una serie de obras intelectuales que van desde la creación literaria hasta la crítica sociológica y en las cuales se representa el nacionalismo revolucionario desde sus respectivas formas y discursos.
En el primer capítulo examino las causas, el origen y las organizaciones del nacionalismo revolucionario puertorriqueño. En el segundo capítulo propongo, gracias a las entrevistas y al análisis de contenido de las vidas de los prisioneros políticos y de guerra, que éstos formaron parte de un bloque de intelectuales orgánicos que a través del trabajo comunitario y la organización popular se integraron por completo a las luchas populares. Para concluir, en el tercer capítulo analizo cómo las representaciones culturales de otros intelectuales forman parte de la construcción del nacionalismo revolucionario como fuerza de cambio y transformación social.
Espero que este texto pueda guiar a otros científicos, literatos y estudiosos en general por el complejo entramado del nacionalismo revolucionario. Esta obra, claro está, no agota las posibilidades de estudio del tema; más bien ofrece un mapa que nos permite comprender una de las dimensiones del proceso de autodeterminación y descolonización de Puerto Rico.

Dr. Michael Gonzalez Cruz

La imagen que acompana esta introduccion de la obra Nacionalismo Revolucionario Puertorriqueno (1956-2005) es una composion de Febea en ella pueden apreciar las pinruras de los prisioneros de guerra Luis Rosa (Betances), el maestro Elizam Escobar (Sudario de Filiberto) y el Albizu de Oscar Lopez actualmente encarcelado por mas de 25 anos.

Wednesday, June 28, 2006


La visión y la misión propuesta de Filiberto Ojeda Ríos
Buenas noches, queridos compañeros y compañeras de Capá Prieto. Así se llamó la junta clandestina de esta zona cuando se organizaba el Grito de Lares en el 1868. Éste es el corazón de la revolucionaria región oeste donde Filiberto Ojeda Ríos, Responsable General del Ejército Popular Boricua-Macheteros (EPB-M) se ubicó para cumplir con su misión como combatiente del movimiento de liberación nacional puertorriqueño. Esta es la zona liberada por los guerrilleros y guerrilleras de Ramón Emeterio Betances y también de los heroicos nacionalistas que el 30 de octubre de 1950 partieron de la finca de Pepe Cruzado en Río Cañas Abajo para reafirmar su derecho a la independencia cuando el Partido Popular Democrático (PPD) traicionó al pueblo y abandonó su compromiso con la libertad de esta tierra a cambio de unas migajas de pan.
Voy a comenzar citando las palabras que el guerrillero heroico compartiera con el Profesor José Elías Torres, de WPAB, en su última intervención en la radio a finales del mes de agosto del año 2005:
“¿Cómo es posible que dentro de un año, de unos meses, tengamos que pagar el triple o el doble por la energía eléctrica? ¿Dónde vamos a parar? Este aumento inflacionario extraordinario que está sucediendo en el país, que el costo de vida, la gasolina, todo, está por las nubes, esto está llevando al pueblo a la ruina. Pues entonces, ¿cuál es el deber? Concientizar ese pueblo para que se lance a la calle a hacer reclamaciones que le convienen para su futuro, pero no es aplacándolo, no es haciendo subterfugios y debilitando la lucha, buscándose arreglitos y tratando de conseguir más fondos para que aquello funcione... Esto no se puede permitir porque esto es indigno, esto es vil, esto es un crimen, esto es un atraco, esto es un asalto. Y el pueblo no puede permitirse que caiga, que sea atracado de esa manera. ¿Quién puede llevarlo por ese camino?”
La visión de Filiberto fue certera; nuestro pueblo enfrenta una crisis provocada por la corrupción colonial, los partidos políticos le han entregado el gobierno por completo a los grandes intereses, a la banca, a las casas de corretaje, a los especuladores capitalistas. La traición que se inició en el 1952 se está consolidando en este momento. La crisis fiscal colonial será utilizada para desmantelar el estado benefactor, para privatizar agencia por agencia todos los servicios a los que un pueblo que paga sus contribuciones tiene derecho. Pero Filiberto no se limitó a diagnosticar el problema sino que propuso un curso de acción revolucionaria para combatir la traición, para combatir la agenda privatizadora, para combatir el asalto a los derechos del pueblo trabajador. El Responsable General de los Macheteros advirtió que esta crisis no puede resolverse con subterfugios que debiliten la lucha de la clase trabajadora y de nuestro movimiento de liberación nacional. No podemos conformarnos con arreglitos, con pequeñas concesiones y meras promesas para que el régimen colonial continúe funcionando dirigido por los grandes intereses y la claque política que los representa. Vamos a examinar la propuesta de Filiberto Ojeda Ríos, observemos cuidadosamente el curso que delineó el compañero ante la crisis política y económica que se desarrolla en nuestro Puerto Rico. Filiberto nos propone que e encauce:
“...un movimiento revolucionario, un partido, una organización, que se gane el apoyo del pueblo y cuando se gane el apoyo del pueblo, el pueblo se moviliza y ese pueblo es el que gana la República, gana la independencia, pero es un pueblo movilizado, quizás, bueno, movilizado por un grupo pequeño, pero el rol del grupo pequeño es movilizar al pueblo. Si no moviliza al pueblo, no existe la posibilidad de que triunfe, porque sin el pueblo no se puede triunfar. Eso es absolutamente imposible. En otras palabras, que si… ese movimiento pequeño, ese grupo pequeño, tiene que tener la capacidad de insertarse en todo el proceso revolucionario, todo el proceso social en Puerto Rico; tiene que tener la capacidad, forjar y trabajar en esa dirección para crear la capacidad de insertarse en todos los sectores sociales que sí son los que van creando las condiciones que puedan transformar las exigencias que se hagan, las movilizaciones, la educación. Y hay otros mecanismos que se deben crear, educativos. Eso que me decías anteriormente, se tiene que crear, se tiene que forjar un movimiento de educación hacia la independencia.”
De acuerdo con Filiberto Ojeda Ríos (2005), ya existe un grupo de personas y organizaciones independentistas y socialistas que tienen la capacidad de encauzar las fuerzas populares hacia su plena liberación política y social. Ese grupo, esos miles de revolucionarios son ustedes, los que comenzaron a romper el perímetro el 23 de septiembre de 2005 en Plan Bonito, los que continúan protestando contra la presencia ilegal del FBI en nuestra nación, los mantienen la dignidad de Filiberto en cada vigilia, los que marchan sin miedo hacia el frente en cada protesta contra los grandes intereses, los que pintan las paredes con hermosas consignas, los que están luchando por la salud y el ambiente, los que combaten contra el racismo y el machismo. Esos son ustedes, queridos hermanos y hermanas macheteros y macheteras, que desde el corazón de esta zona liberada --el Capá Prieto-- continúan organizándose, solidarizándose y comprometiéndose con el bienestar del pueblo puertorriqueño. Ustedes son el Ejército de Filiberto.
Esta última entrevista del Responsable General de los Macheteros fue muy certera cuando apuntó que este movimiento revolucionario puede ser electoral, puede insertarse en los llamados medios legales desde el clandestinaje e incluso puede estar dentro de la Cámara de Representantes. Pero tiene que ser un movimiento revolucionario independiente. No puede ser condescendiente con el PPD, es decir, no puede acomodarse a sus intereses, no puede hacer arreglitos con los grandes intereses, no debe conformarse con meras reformas o subterfugios para resolver la crisis fiscal-colonial.
Para que podamos transformar nuestro movimiento de liberación nacional que se encuentra disperso en este movimiento revolucionario propuesto por Filiberto, tenemos que comprender que la unidad no será resultado de una reunión exclusiva del liderato de estas organizaciones sino del trabajo de base inclusivo que desarrollamos cotidianamente. Lamentablemente, si alguna organización se excluye de este proceso, de esta marcha hacia el frente, de la hermosa unidad revolucionaria, será su entera responsabilidad.
Cuando conocemos compañeros y compañeras como los de esta heroica región oeste tenemos la certeza de que otro Puerto Rico es posible, de que la otra campaña de Filiberto es posible incluso sin abandonar nuestro derecho a utilizar todas las formas de lucha por la descolonización. ¿Pero cómo cumplir con nuestros deberes morales, intelectuales y ciudadanos en este momento de crisis? ¿Cuál es papel de la lucha armada clandestina y cuál es el papel de la lucha política clandestina? Filiberto comenzó a trazar las respuestas a estas preguntas antes de caer en combate el 23 de septiembre del 2005 planteando que:
“Mientras Puerto Rico sea colonia la lucha armada tiene vigencia. Mientras Puerto Rico no sea libre, mientras Puerto Rico viva la opresión que está viviendo, mientras los puertorriqueños estemos sufriendo de toda esa represión política, en lo ideológico, en lo cultural, que hemos sufrido de parte de los colonialistas, la lucha armada es vital y es importante. Ahora, ¿cómo se hace la lucha armada? Eso es harina de otro costal. Porque ni somos locos, ni somos aventureros, ni somos foquistas... Somos personas que tenemos...un buen sentido de raciocinio para poder comprender cuándo la lucha armada se tiene que desarrollar, y cuándo no... Pero la lucha armada, en una colonia, está vigente en todo momento. Lo único es que hay que hilar fino, muy fino, porque la lucha armada no tiene nada que ver, por ejemplo, digamos, con terrorismo... No es algo que surge de momento, pero sí va poco a poco desarrollándose...”
Mientras el Ejército Popular Boricua y otras organizaciones clandestinas continúan hilando fino, mientras todos y todas los y las macheteros y macheteras continúan desarrollando la bases materiales para la lucha armada, nosotros y nosotras podemos unirnos para continuar con la otra campaña de Filiberto. Ya contamos con Claridad, semanario de amplia circulación nacional, con un Comité de Puerto Rico en la ONU, con más de una docena de organizaciones políticas de base enfocadas en diversas regiones del país y algunos importantes talleres laborales, y sobre todo contamos con un Comandante en Jefe, Filiberto Ojeda Ríos y su Ejército Popular Boricua. De la misma forma que ustedes fundaron Claridad podemos fundar nuestra propia Radio Revolucionaria que no dependa de los grandes intereses y de los caprichos de mercenarios en los medios de comunicación. También podemos seguir el ejemplo de nuestros hermanos en Chicago, quienes fundaron la Escuela Alternativa Pedro Albizu Campos. Por medio de nuestro trabajo de base, del semanario y de esta nueva radio, reforcemos el trabajo de todas las organizaciones, la campaña educativa de la Nueva Escuela, apoyemos al movimiento ambientalista, agrupémonos, intercambiemos ideas y recursos para formar ese movimiento revolucionario, en honor a Filiberto, que pueda representar los intereses de nuestro querido pueblo puertorriqueño.
Cumplamos con la misión de Filiberto. Otra campaña es posible, una campaña decente sin insultos o atropellos, sin atroces caravanas, sin la intervención de los grandes intereses, sin la traición de los partidos políticos. En este momento podemos delinear una propuesta popular radical que incluya un plan de contribuciones justo donde todos los millonarios paguen un 15% de impuestos fijos sin prebendas ni subsidios, un movimiento que logre la transformación del poder legislativo que incluya una sola cámara y el derecho a revocar a los oficiales electos que no representen los intereses del pueblo y, por supuesto, imponer la nacionalización de los recursos naturales y la infraestructura del pueblo de Puerto Rico para frenar la privatización y la federalización de todos los servicios y derechos humanos que tiene nuestra gente. Esta otra campaña como la Vieques, la del Valle de Lajas, la de la excarcelación de nuestros presos políticos y nuestra lucha por sacar al FBI de la nación puertorriqueña va liberando nuestro territorio y a nuestro pueblo a largo plazo. Esta otra campaña es la misión que Filiberto propuso antes de caer en combate en esta heroica región oeste. Ésta es la compleja misión que heredamos y debemos cumplir con profundo afecto y compromiso revolucionario.
Muchas gracias Coordinadora Nacional Rompiendo el Perímetro y Estudiantes de Derecho Hostosianos Pro Independencia por invitarnos a compartir con todos los presentes la visión y misión propuesta por Filiberto Ojeda ante la crisis fiscal-colonial que vive la nación puertorriqueña en los albores del siglo XXI.
Dr. Michael González Cruz
Sociólogo
Universidad de Puerto Rico
Recinto Universitario de Mayagüez
26 de mayo de 2006

Wednesday, May 24, 2006











Este hermoso e impresionante che-grafitti rescata uns enorme pared enttre cinco residenciales publicos en Mayaguez, Puerto Rico. Hace mas de una decada jovenes en toda isla rescatan espacios publicos muchas veces abandonados por el estado para plasmar sus ideas, denuncias o simplemente su arte urbano. Despues del vil asesinato de Filiberto Ojeda Rios el 23 de septiembre del 2005 cuando fue acorralado por el FBI cientos de jovenes continuan liberando murrallas con sus expresiones artisticas. El mural con el rostro de Filiberto es una de esas paredes liberadas en el Barrio Plan Bonito de Hormigueros donde cayo en combate Ojeda Rios. Parece que la consigna es "ni un minuto de silencio por Filiberto, que hablen las paredes por nuestro pueblo." En la gestion de la Nueva Escuela surge el rescate de las comunidades marginadas por los grandes intereses. El residencial Candelaria es victima de la brutalidad policiaca semana tras semana. Este mural realizado por NMK y los vecinos de Candelario es claro "ser pobre no es delito".

Thursday, May 18, 2006


De Vieques a la derrota del FBI

“Sólo le pido a Diosque el dolor no me sea indiferente, que la reseca muerte no me encuentrevacío y solo sin haber hecho lo suficiente.” León Gieco

La entrevista de Rafael Rodríguez Cruz e Ismael Guadalupe publicada en este semanario enmarca la reflexión necesaria sobre nuestra marcha como movimiento de liberación nacional (MLN). En este intercambio se destaca la preponderancia de la lucha popular o comunitaria, la desobediencia civil y como el Referéndum en Vieques confirmo que la población respaldo por diferentes medios de acción y expresión la liberación de Vieques. Esta gesta contribuyo a la emancipación parcial de nuestra nación colonizada fue una batalla prolongada librada por pescadores armados de hondas, jóvenes que se defendieron con piedras, macheteros que emboscaron marinos, pacifistas que desobedecieron las leyes injustas del régimen colonial, pastores que acompañaron a su pueblo y decenas de miles que marcharon por la paz armados de solidaridad. De Vieques a la derrota del FBI un paso hay, en estos momentos que los federales intentan destruir la marcha del movimiento de liberación nacional hacia el frente tenemos que reflexionar sobre la lucha de Vieques.

De esta lucha se desprenden importantes lecciones y el maestro Ismael Guadalupe nos indica que “La experiencia nos enseña la importancia de que seamos nosotros mismos los conductores de la lucha. No podemos dejarla en manos de partidos políticos tradicionales cuyos objetivos se distancian mucho de los reclamos de la gente. Además, los hay que coinciden en teoría con nuestras demandas, pero no tienen nuestros objetivos como prioridad. Por lo tanto, es necesaria la creación de una respuesta organizada a nivel comunitario.” Afortunadamente el pueblo de Vieques desarrollo sus propios intelectuales orgánicos comprometidos con la liberación de su tierra, respetuosos de los derechos humanos y sobre todo un liderato desinteresado cuyo objetivo es el bienestar de la comunidad y no la prebendas de un partido. En un ensayo anterior Rafael Rodríguez Cruz y Alexei Guadalupe Tirado se acercaron a la lucha de Vieques desde la desobediencia civil anónima, el camuflaje y los pasamontañas que volcaron el radio de acción política de la lucha popular a la resistencia en el interior del campo de tiro. Otros compañeros como Gazir Sued documentan la gesta de Amigos del Mar y los Jinetes por la Paz en una crónica publicada por ediciones La Grieta. Desde el periodismo investigativo José Escoda también examina la lucha comunitaria, la desobediencia civil y nos llama a desmitificar el “pacifismo” mediatizado por el Nuevo Día y la administración de la Sra. Sila Calderón.

El compañero José Escoda delinea en Pensamiento Critico (2005 No. 95) la dimensión combativa que articularon los voluntarios enmascarados contra la Marina de Guerra; conocían el terreno, cortaban la cerca, guiaban a los pacifistas, proveyeron una línea de abastecimiento y comunicación entre los campamentos y los desobedientes civiles que se interponían en el campo de tiro. En su ensayo Escoda nos revela esa otra desobediencia civil de los enmascarados que hostigaron, desgastaron y desmoralizaron a los guardias de la Marina de Guerra. Escoda, Rodríguez-Cruz y Guadalupe no están glorificando la dimensión combativa de esta lucha más bien la ubican en su contexto como una herramienta de los que no tienen rostro, apellidos privilegiados o partidos políticos y contribuyeron directamente a la liberación de Vieques. Escoda nos invita a desmitificar la lucha de Vieques y considerar todas las formas de lucha que se concertaron en esa experiencia.

Es evidente que la síntesis de la lucha comunitaria, diplomática, electoral, la resistencia pacifica y la desobediencia civil armonizó el triunfo de la batalla de Vieques. Queda claro que nuestro movimiento de liberación nacional (MLN) es un crisol de visiones y practicas tácticas y estrategias diversas sin embargo algunos compañeros confunden el concepto de movimiento de liberación con la organización de un frente o coalición. Los puertorriqueños ya tenemos un MLN que se encuentra disperso por cuestiones metodológicas pero no por razones ideológicas, en otras palabras no tenemos una hoja de ruta hacia la independencia y la justicia social pero sabemos que esa es la meta. Un MLN no es una mera sombrilla de organizaciones es un proceso, una marcha hacia la unidad táctica y estratégica. Cuando los compañeros Rafael e Ismael en la entrevista examinan críticamente la lucha de Vieques nos invitan a reflexionar sobre nuestro MLN. Basta con andar nuevamente por las calles de la Esperanza, nadar en la playa Allende o navegar en sus aguas para confirmar que la batalla de Vieques es un bastión moral de la lucha por la independencia, por el medio ambiente y la justicia social. Tenemos la responsabilidad de examinar los aciertos, prácticas y experiencia para continuar con paso doble nuestra marcha hacia el frente.

Filiberto Ojeda Ríos, Responsable General del Ejercito Popular Boricua-Macheteros propuso que la unidad es un proceso complejo “...los Macheteros, instrumentamos nuestra concepción de lucha siempre colocando como principio fundamental la unidad de nuestro pueblo independentista. Consideramos esa unidad como factor imprescindible para la conquista de nuestros objetivos. No se trata de una unidad acordada o negociada con los diversos sectores de la lucha patriótica existentes en nuestro país. Tal unidad, todos sabemos que es imposible bajo las actuales condiciones. No obstante, habremos de apoyar toda gestión política de masas que no entre en contradicción con nuestras aspiraciones independentistas, y que sea de contenido social beneficioso para el pueblo; que esté orientada hacia la preservación de nuestro ambiente, que mejore las condiciones de vida de los trabajadores, en fin la calidad de vida integral de nuestro pueblo.” Filiberto comprendió que el proceso unitario marchaba desde las bases, desde la defensa común del territorio, la nacionalidad y la justicia social necesaria. Nuestro MLN a pesar de estar disperso esta de acuerdo en que Puerto Rico es una colonia, que la relación colonial entre PR y EEUU empobrece a la clase trabajadora y que solo nos corresponde a los puertorriqueños luchar por nuestra soberanía. ¿Cuál es la propuesta?

Ismael entiende que tenemos concentrarnos en la organización comunitaria independiente, libre de cualquier amarre político partidista tradicional, libre de atadura gubernamental y comprometida con la liberación del pueblo. Ante el espiral de violencia y represión colonial las brigadas de solidaridad que se lanzaron para proteger la dignidad de los compañeros y compañeras que el FBI atropelló el viernes 10 de febrero lograron romper los perímetros y defender la integridad física de estos y estas líderes comunitarios, sindicales e independentistas. Estamos ante un FBI y uno jueces federales desprestigiados y desesperados por eso las brigadas de solidaridad son necesarias para romper el cerco represivo. En caso de futuros allanamientos o arrestos únete a las brigadas de solidaridad lleva tu libreta, lápiz y cámara para que protejas la vida y la dignidad de nuestros hermanos y hermanas comprometidos con la independencia y justicia social. De la salida de la Marina de Guerra a la derrota del FBI hay un solo paso.

Dr. Michael González Cruz

Sunday, May 14, 2006



El pensamiento político-militar de Filiberto Ojeda Ríos

“Yo no he acudido al clandestinaje para esconderme,
y menos para el beneficio propio,
ni para vivir una vida feliz.
Yo soy feliz de otra forma.”
Filiberto Ojeda Ríos

El licenciado Ricardo Santos, del Frente Socialista, y el profesor Carlos Rivera Lugo, de la Coordinadora Nacional Rompiendo el Perímetro, nos han propuesto examinar el pensamiento político militar de Filiberto Ojeda Ríos con el fin de profundizar el debate sobre la lucha de clases y la cuestión nacional en la actualidad. La vida, obra y contribución ideológica de Filiberto Ojeda Ríos, Responsable General del Ejército Popular Boricua-Macheteros nos ofrece la oportunidad de analizar longitudinalmente, a través de por lo menos tres generaciones, la lucha por la liberación nacional puertorriqueña. Por el momento no abundan las referencias históricas al trabajo de Ojeda Ríos en la academia o en los archivos de las Colecciones Puertorriqueñas en nuestras bibliotecas. Los que hemos estado interesados en este tema hemos dependido del examen de documentos por medio de Claridad, la prensa en general y las publicaciones de las organizaciones de izquierda tales como Pensamiento Crítico o El Machete. Aunque una búsqueda en la red mundial o Internet produce 123,000 páginas virtuales sobre Ojeda Ríos, la mayoría sólo cubre los eventos más recientes relacionados a su asesinato. Sin embargo, los textos disponibles nos permiten aceptar el reto, acercarnos al tema y plantear algunas observaciones preliminares.
La obra más completa es el testimonio que el líder machetero ofreció al profesor Nieves Falcón titulado La luz desde la ventana: Conversaciones con Filiberto Ojeda Ríos publicado en el año 2002. Este texto, que compila entrevistas y transcripciones sobre el juicio de 1989 nos permite comprender el origen, la formación política y la práctica revolucionaria de Ojeda Ríos desde su nacimiento hasta el 1990, cuando regresa al clandestinaje. De hecho él mismo plantea que “Yo no he acudido al clandestinaje para esconderme, y menos para el beneficio propio, ni para vivir una vida feliz.” ¿De qué forma era feliz Filiberto? Pues la historia parece indicar que Filiberto era feliz conspirando, organizando y luchando por la liberación nacional de su pueblo. Por eso no se acogió al exilio, por eso no negoció con las autoridades federales y por eso recorrió este país palmo a palmo por los últimos 15 años de su vida. Esa circunvalación también incluyó una serie de entrevistas con la prensa, discursos y ensayos que se convierten en una valiosa fuente de datos para los estudiosos del tema.
Examinando la siguiente cita de Ojeda Ríos (2005) notamos que Filiberto y los Macheteros entienden que la situación colonial de Puerto Rico provoca que la clase trabajadora no tenga las herramientas necesarias para satisfacer sus demandas de igualdad material y dignidad social: “El Ejército Popular Boricua - Los Macheteros, somos nacionalistas revolucionarios. Nuestro espíritu revolucionario determina, a su vez, que nuestra lucha, que es por la justicia e igualdad social, está entronizada en nuestra patria, en nuestro territorio nacional, en nuestra puertorriqueñidad, en nuestra historia de lucha libertaria.” En su testimonio del 2002 Ojeda Ríos señalaba que “las reformas políticas del ELA estaban encaminadas a satisfacer las necesidades de las castas de los ricos protegidos por los intereses gringos en la Isla”. Como nacionalista revolucionario, Filiberto entendía que la desigualdad y la explotación social estaban asentadas en la situación colonial de Puerto Rico.
El nacionalismo revolucionario de Filiberto Ojeda Ríos tiene su origen desde su juventud, cuando observó la represión que sufrió el nacionalismo de Pedro Albizu Campos y continuó desarrollándose a partir de su experiencia con el M-26 en Nueva York y con la revolución cubana en la Havana. A partir de su participación como delegado de la Organización de Solidaridad con los Pueblos de Asia, África y América Latina su obra se ve influenciada por los movimientos de liberación nacional de China y Vietnam, de los cuales subrayó la importancia de la lucha popular prolongada, y de Argelia enfatizó la necesidad de combinar la resistencia cultural con la propaganda armada. En términos intelectuales, podemos notar en su ensayo dedicado al maestro José Ferrer Canales que el nacionalismo revolucionario puertorriqueño no es una imitación del chauvinismo de las nuevas potencias europeas sino producto de las luchas por la descolonización de Simón Bolívar y Antonio Valero Bernabe, Ramón E. Betances y Juan Rius Rivera, San Martín, Eugenio Maria Hostos y José Martí. Aunque este nacionalismo criollo es cronológicamente decimonónico su propuesta política progresista planteaba la federación antillana, el panamericanismo y el internacionalismo solidario. Es en esta tradición que se inscribe la propuesta política teórica y práctica de Filiberto Ojeda Ríos.
Si bien es cierto que no podemos reducir su obra a la lucha armada clandestina, tenemos que comprender que Ojeda Ríos entendió que ésta era una de las formas de lucha que en armonía con otras podría adelantar la liberación nacional de su pueblo. Para Filiberto la lucha armada no se circunscribe a la propaganda, las acciones de represalia y los ataques selectivos contra el régimen colonial. Ojeda Ríos (2005) señaló que la violencia revolucionaria sólo responde a la violencia colonial. En sus propias palabras “el terrorismo es, fundamentalmente, el instrumento fascista que utiliza el enemigo colonialista para mantener a los pueblos bajo su control. Es la naturaleza de los que asesinaron a millones de seres humanos durante la Segunda Guerra Mundial, incluyendo a los responsables del genocidio hitleriano aplicado contra los judíos y contra la población soviética y de otras nacionalidades que les hacían frente, al igual que los que lanzaron las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. Es el terrorismo que en la actualidad aplican contra los pueblos árabes con el fin de someterlos a su voluntad mediante indiscriminados bombardeos genocidas. Esa despiadada tendencia no tiene cabida en las concepciones e ideología de Los Macheteros.” Para Filiberto, la lucha armada no es sólo un legítimo derecho de los pueblos colonizados sino una forma de organizar al pueblo para que recupere su identidad, moral, autoestima y capacidad combativa.
Para analizar mejor este tema también debemos examinar en la prestigiosa revista Latin American Perspectives “The Boricua-Macheteros Popular Army: Origins, Program, and Struggle” publicado en noviembre del 2002 (Volumen 29, No. 6). En este ensayo Ojeda Ríos recoge el origen histórico de los Macheteros y ofrece un análisis sobre Puerto Rico ante el neoliberalismo, la globalización y la lucha de clases. Ojeda Ríos destaca cómo la burguesía financiera, industrial y militar de los EEUU utiliza a Puerto Rico como laboratorio para experimentar con sus políticas de privatización, con la explotación del medio ambiente, la represión y el expansionismo cultural en nuestro pueblo. Termina su análisis haciendo una invitación a la creación de un bloque de solidaridad latinoamericano en contra de la globalización que no es más que una nueva fase del imperialismo. En la exposición programática Ojeda Ríos plantea que la liberación nacional de Puerto Rico no sólo depende de la conquista de la soberanía política sino de la transformación de nuestra cultura, clases sociales y prácticas democráticas. Señalaba que no podemos reducir la democracia al canje de votos partidistas sino a la plena participación de todos los sectores en el ejercicio del poder. Para Filiberto, la Nación es el motor y a los revolucionarios les corresponde ponerla en movimiento para transformarla en un verdadero vehiculo de liberación.
Por el momento necesitamos ampliar las referencias, la base de datos y documentos sobre la obra de Filiberto Ojeda Ríos. Es muy probable que gracias a la misma práctica clandestina sobrevivan cientos de ensayos, mensajes, entrevistas y cartas en manos del pueblo puertorriqueño. Además de atesorar estos documentos, invito a las organizaciones, individuos y miembros de la prensa a que compartan los mismos para que los científicos sociales, historiadores, humanistas, intelectuales y estudiosos interesados en el pensamiento de Filiberto Ojeda Ríos podamos examinar y diseminar su vida, obra y contribución ideológica. Nuestro semanario Claridad podría convertirse en el medio de preservación, publicación y debate de estos documentos. Esta una de las formas de honrar la memoria de Filiberto Ojeda Ríos, Responsable General del Ejército Popular Boricua Macheteros.
Dr. Michael González Cruz
Sociólogo

Saturday, April 29, 2006




Mamá yo quiero saber... dónde está el compromiso de los intelectuales

Mientras algunos intelectuales puertorriqueños colaboramos para establecer la hoja de la ruta de unidad y descolonización nacional en los albores del siglo XXI, otros intelectuales agitados en su carrera por el prestigio individual se han unido a la agenda de desinformación del régimen colonial. Por ejemplo, Ramón Grosfoguel, de la Universidad de California y Vilma Santiago, de Cornell, recientemente se prestaron para minimizar el impacto del asesinato político de Filiberto Ojeda Ríos. En entrevista con El Nuevo Día intentaron menospreciar el clamor del pueblo puertorriqueño que exige se esclarezca este crimen contra los derechos humanos y contra nuestro derecho a la autodeterminación. En las palabras de Georg H. Fromm (2004) este tipo de intelectuales tiende a “estar a la sombra de los poderosos y en sintonía con las modas, con los vientos que soplan de otras latitudes más prestigiosas; es una debilidad muy cultivada, por desgracia, entre los gurús del patio.”
No obstante, observamos el surgimiento y la consolidación de un liderato intelectual comprometido con la justicia social y con la descolonización nacional. Los trabajos más recientes del Profesor Carlos Rivera Lugo, el liderato de la Dra. Anayra Santori, portavoz de la Coordinadora Nacional Rompiendo el Perímetro, los esfuerzos de los y las jóvenes de la Nueva Escuela y la red de solidaridad con Vieques y con nuestros prisioneros políticos son prueba de que los sociólogos Luis Nieves Falcón, Nelson Canals y el siempre presente Manuel Maldonado Denis tienen un relevo intelectual orgánico. Se trata de una serie de intelectuales que están vinculados a una clase o bloque social al margen de los poderes y el régimen tradicional. Artistas, maestros y maestras de escuela, líderes sindicales, ambientalistas, periodistas y pacifistas cuya agenda también está en la ruta de la descolonización.
Los orígenes, el carácter y la formación de la nacionalidad continúan siendo eje de las controversias intelectuales y surtidor para la movilización colectiva por el cambio social en Puerto Rico. La vida, la obra y la muerte de Filiberto Ojeda Ríos provocan un nuevo examen sobre el espiral de violencia colonial que padece todo el pueblo en nuestra Isla y en los EEUU. Aunque los intelectuales cosmopolitas de origen puertorriqueño se mantengan bajo la sombra de los poderosos, colaborando con su agenda imperialista, los intelectuales orgánicos de la clase trabajadora retan las estructuras coloniales de poder y contribuyen directamente en el diseño de su nación.
En la actualidad, la polémica local sobre la nacionalidad está marcada por los intelectuales que la afirman, los que la examinamos críticamente para revelar su contenido de clase y por otro lado, los académicos cosmopolitas que la niegan, tales como Grosfoguel (1997; 2003), Laó (1997) y Negrón (1997), valiéndose de las generalizaciones mecánicas del “sistema histórico mundial”. Estos últimos tienden a confundirse con los posmodernistas criollos como, por ejemplo, Pabón (2002) entre otros, en sus acercamientos metafísicos sobre el nacionalismo, la nación y la nacionalidad. Es muy probable que el lector advierta que estos académicos coinciden con los intelectuales colaboradores que denunció Fanon (1961), aquéllos que se dieron a la tarea de plantear que “Argelia no es una Nación, no ha sido jamás una Nación, no será jamás una Nación” (Fanon 1999: 225).
Por otro lado, Aijaz Ahmad (1997) ha planteado que los intelectuales que luchan en contra del imperialismo desde el nacionalismo anticolonial tienen la oportunidad de subvertir el orden proponiendo relaciones sociales democráticas, inclusivas y solidarias. En el caso de Puerto Rico, podemos observar un bloque de intelectuales progresistas orgánicamente vinculados a las luchas populares que forman parte de una propuesta antiimperialista democrática. Desde el 23 de septiembre notamos una serie de ensayos de Ana Lydia Vega, Magali García Ramis, Héctor Meléndez y Carmen Dolores Hernández entre otros, que comienzan a poner en justa perspectiva el asesinato político de Filiberto y el frágil balance de poderes de la relación colonial con los EEUU.
El profesor Elizam Escobar, prisionero de guerra de las FALN liberado en 1999 nos indica en una entrevista con Claridad que “En Puerto Rico unos viven más en la colonia y otros en la nación. Claramente se afirma la nación negando en lo posible, desde donde sea necesario, las estructuras coloniales sin que esto suponga escapar de la realidad.” (2004). En el discurso de Elizam Escobar hemos notado que los activistas e intelectuales nacionalistas suelen tener una visión más comprensiva y crítica del nacionalismo desde la afirmación de la nacionalidad que los intelectuales cosmopolitas que dependen de las instituciones en la metrópoli.
En la entrevista, Escobar añade que “La afirmación puertorriqueña o de lo puertorriqueño viene de o tiene varias vertientes. Se podría entrar a clasificarlas pero se terminaría en una sociologización inútil. Basta con mencionar que no se trata de un puertorriqueñismo tradicionalista sino de fortalecer críticamente todo aquello que es imprescindible, sin lo cual no tendríamos sentido como cultura ni todo el espacio creativo que se apoya y parte de este sentido nacional hacia otro sentido de lo existencial universal. Vale decir aquí también que tanto el puertorriqueñismo retrasado, tradicionalismo sin vitalidad ni visión, como el postmodernismo conservador resentido tienden a escapar de la realidad concreta. Son incapaces teórica y prácticamente de hacer el recorrido necesario para llegar a transformaciones radicales, revolucionarias, porque han perdido contacto con lo histórico, la historicidad.” Esta cita evidencia que es posible desear, soñar, proponer y construir la nación desde una perspectiva critica comprometida.
La obra más completa hoy, sin ánimos de restar valor a la contribución de otras, sobre el desarrollo ideológico del nacionalismo puertorriqueño es El sueño que no cesa: la nación deseada en el debate intelectual y político puertorriqueño 1920-1940 de Rodríguez Vázquez (2004). Esta obra, bitácora o mapa sobre el nacionalismo, no es una apología amigable ni una caricatura posmoderna del mismo. Este “sueño que no cesa”, puede ubicarse entre la selección de obras importantes sobre el tema tales como La nación en la orilla de Luis F. Coss (1996) una respuesta acertada al pesimismo de Carlos Pabón, Manual para organizar velorios de Rafael Bernabe (2003) un examen crítico del nacionalismo conservador y del posmodernismo de vitrina o superficial y Puerto Rican Nation on the Move de Jorge Duany (2002) obra que plantea la vital contribución de la comunidad puertorriqueña desde sus bases en el continente norteamericano. En este texto Duany destaca como se identidad se transforma y recrea trasnacionalmente en el vaivén de emigrantes, movimientos políticos y culturales entre EEUU y Puerto Rico.
Mientras algunos intelectuales se arriman a la sombra del régimen colonial otros vamos reflexionando sobre la hoja de ruta que nos permita descolonizarnos. Tenemos la obligación de analizar y denunciar el espiral de violencia colonial que se expresa en la desigualdad económica y el discrimen político y racial que padece nuestra nación. Ante el asesinato político de Filiberto y el récord de agresiones del FBI en Puerto Rico, tenemos que demandar el cese de todas las operaciones y la salida del FBI de nuestra nación. Como platearon Frantz Fanon y Aijaz Ahmad, tenemos la obligación intelectual de participar activamente en el proceso de liberación de nuestro pueblo proponiendo nuevas metodologías para la unidad, la acción y la autodeterminación nacional.

Dr. Michael González Cruz Sociólogo