Monday, September 12, 2005


Los solares en la Habana, los bateyes y los trastalleres en Puerto Rico constituyen un espacio de encuentro que a simple vista parace informal, desordenado y siempre abierto. Superficialmente es un contexto para el ocio, para el invento y la receracion. Sin embargo en estos espacios del Caribe y no dudo que en otros similares encontramos un entramado de relaciones e intercambios que puden hacer lucir a cualquier corporacion como una organizacion torpe y rudimentaria. En el trastaller, el solar o el batey encontramos a los tribunos, con sus discursos y alocuciones; tratados y analisis sobre la situacion, tambien observamos a los testigos silenciosos sean estos trabajadores o artesanos, autodidactas o profesionales, estan los ancianos o jueces, la madamas, chulos, espias, corruptos, buscones de toda suerte, politicos con licencia, rebeldes, artistas y estudiantes. En el trastaller el trabajo, la produccion intelectual y cultural continua, los bienes y servecios son canjeables o comodificables por el reparto de personajes que los articula, valora y ajusta las cuentas. Este es un trastaller, como el de Barrio Obrero, el Cuatro o Camaseyes. Sin duda un par de cajones, un muro, la cera, el balcon o simplemente este pizarron basta para acomodarnos, hechar un cuento, mantener en secreto cual es el orden, la coherencia y el hilo conductor del batey, el solar o el trastaller.

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